viernes, 21 de enero de 2011

Con hielos, por favor


Hasta que empecé mi trabajo de alumno colaborador en la Universidad, el café con hielo era para mí una de esas bebidas veraniegas de vida estacional, como el tinto de verano o la sangría: sabrosas y refrescantes, sí, pero nada apropiadas para los meses fríos. Pero mi jefe, que ya sólo por aguantarme se merece el Cielo, me ha enseñado que, muchas veces, hay que poner el sentido práctico por delante de lo que son las modas de temporada. Y aquí me tenéis, pidiendo a mediados de enero café con hielo en los bares, por la sencilla (y lógica) razón de que café caliente = retraso al tomártelo = problemas esperando en la oficina = muerte y destrucción, mientras que un saludable “coffee on the rocks” es algo que puedes beberte en menos de un minuto y corre Pablo majico vámonos a la oficina que tenemos un huerto encima de no te menees.

Y claro, empiezas pidiéndolo todas las mañanas en la cafetería del Campus Mira, jefe, ¡soy como tú! ¿a que molo? y terminas tan acostumbrado que ya eres capaz de pedirlo hasta en un viaje en trineo por las estepas Laponas. Sin exagerar.

El camarero que me ha atendido hoy, además de ser nuevo y estar él solo en el bar, era del Este de Europa, así que imaginaos: una especie de armario empotrado rubio y con ojos azules que te pregunta “¿Qué quierrrrres, majjjjo?”. Yo ya veía que el concepto de café más hielo se le escapaba un poco, pero el tipo parecía simpático, así que me quedé esperando a que volviera, levemente intrigado por como se resolvería todo aquello.

Al rato vino y me puso en la mesa una taza de café humeante, con su azúcar moreno, su azúcar blanco, su chocolatina… y al lado una cubitera tamaño individual, pinzas incluídas, rebosante de hielos. Imaginaos la cara que se me quedó.

Total, que tuve que pedirle un vaso, y aprovechando aquello le expliqué la verdadera praxis de los cafés con hielo. Me dijo que era la primera vez que alguien le pedía algo así (¡viva el estrés laboral!), pero al final nos hemos hecho casi amigos.

Hablando se entiende la gente…

5 comentarios:

  1. Y yo que me quemo la lengua en los descansos con tal de no hacer el ridículo de pedirlo con hielos en invierno...
    ¡Gran blog, Pablico! Tiene buena pinta. Ya nos veremos por aquí o (esto es muy asqueroso, pero no me resisto a hacerlo) en el mío, jeje: www.elguinol.wordpress.com
    ¡Perdón por mancharte tan temprano con publicidad!

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  2. ¡Carrillo Troll!

    ¡Viva el café a la Goyesca! :D

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  3. No te preocupes, changuito, a tí se te perdona todo. Bienvenido a este pequeño rincón de Sabiduría Trascendental.

    Y tú, Jano, ¡menos chorradas y hazte seguidor!

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  4. lo prometido es deuda...ya me tienes siguiendote...y por coerto...muy, pero que muy cierto el tema del cafe con hielo...ya sabes que yo soy de estos. UN abarazo

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  5. Yo también tomo siempre café con yellow! :D

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